Lágrimas en la oscuridad

Transcurre un tiempo eterno, me maldigo
con silencios en un rincón oscuro
de mi cama, tiritando procuro
tu amor, o una sábana, como abrigo.


En la humedad de mis ojos, contigo
o sin tí, se precipita en un duro
golpe la lluvia de un dolor tan puro
y tan cruel a golpes como castigo.


Una soledad quiebra con mazazos
invisibles, en una melancolía,
a mi corazón ya hecho pedazos.


Con un rocío riego, a mi cama fría,
de recuerdos. Se escapan de mis brazos
los momentos felices, que triste día.

Dolor de un adiós

Qué duro ver como el amor que adoras
se desvanece en un fugaz adiós ya ido
en lágrimas de cristal, ya perdido
en las arenas del mar y las horas.


En una bruma de recuerdo afloras
preciosa... Cristales rotos han sido
puñales de amor que me han herido
en silencio, ya sin tí, mientras lloras.


Labios que tiemblan al decir tu nombre
son cenizas de donde hubo una llama,
de donde ardían nuestros corazones.


Si te veo no esperes que no me asombre
pues fuiste aquello que cuando más se ama
se pierde. Espero que me perdones.

Ámame

Ámame como tu sabes
que sea con amor sin dudas,
ámame intensamente
bajo la luz de la luna
ámame, tan solo, ámame
para que sientas como yo
te amo a tí como a ninguna.


Eres todo lo que yo no soy
y te regalaré un mundo
en cada poema que seas
tú ese amor que en mí dislumbro
y persigo incesante
donde en un abrazo fundo
lo que siento con palabras
y lo eterno en un segundo
se diluye en tu mirada
con amor pero sin rumbo.

Olvidemos

Olvidemos el ayer,
por favor, no recordemos
más esos momentos malos
que mancillan a los buenos
como un veneno muy amargo
que paraliza mis dedos
cuando intento escribir
en tu foto "te quiero"
y por miedo me susurro
entre lágrimas "no puedo".


Olvidemos que olvidar
no es hacer que nuestro amor,
como una botellla en el mar,
se pierda a la deriva
de lágrimas aún por llorar.


Yo olvidaré más que todo,
si tú estás también dispuesta
a que sea mi corazón
tu corazón donde, esta
vez, sea el amor, y solo él,
quien susurre una respuesta.

En el abismo de mi herida, tu ausencia.

Cuando menos te tengo más te noto
cercana siendo parte de mí mismo
tu recuerdo, efímero espejismo
que quiebra aún más mi corazón roto.


En un océano de lágrimas floto
tan perdido...naufrago en el abismo
de mi herida donde a un optimismo,
a una esperanza, le soy fiel deboto.


En el abismo de mi herida remo
a la deriva en busca de ese cálido
fuego en las estelas de tu mirada.


No lo encuentro y por el dolor me quemo.
Surca mi fría mano el tacto pálido
de la soledad. Sin tí, no soy nada.

Susúrrame al oído una sonrisa.

Susúrrame al oído una sonrisa
dulce que yo te susurraré versos
donde nuestros corazones inmersos
deslicen suaves sobre tu piel lisa.


Mi corazón junto al tuyo improvisa
caricias, besos tiernos de diversos
sabores, trozos de mi amor dispersos
en cada uno y en los que quedan, sin prisa.


Susúrrame una sonrisa al oído
sin avisar, por sorpresa, por amor.
Sueño con que sueñes en mi regazo.


Cada poema es un recuerdo diluido
de tí entre tus caricias y tu olor.
Vivo acurrucado a tí en un abrazo.

Vivo anónimo en el tacto de tu piel

Vivo anónimo en el tacto de tu piel
de algodón donde un sutil beso crepite
desolado de dudas. Que levite
mi mano hasta surcar tus labios de miel.


Que fluya el amor en un silencio fiel 
a tu mirada donde se limite,
nuestro amor, a volar. Que no marchite
el tiempo enemigo a mi frágil clavel.


En el tacto de tu piel vivo anónimo
yazco en tus besos de miel y algodón
porque tú y yo somos un sinónimo.


Eres el clavel que en mi corazón
habita. Suena plácido y homónimo,
entre nuestros latidos, la pasión.

La lucha

Erguido desafiando al feroz viento
donde rompen olas en su costado
impasibles a un sueño extasiado
que resiste por un presentimiento.


A fuego, impregnado en su pensamiento
reluce un nuevo mañana. Cansado
persiste fuerte, inmóvil, callado
en su silencio ante el sufrimiento.


El viento lo intenta, no le consigue 
derrotar, golpe tras golpe aún firme
a las adversidades de la vida.


Yo vivo como el hombre que persigue
un sueño o, al menos, sin rendirme
aún por ver esa esperanza cumplida.

Reflexiones de mí mismo.

No sé nada, nada sé de mí ¿quién soy?
tal vez átomos, huesos, yo que sé
entrañas que me habitan y, por qué
no, pensamientos. Nada sé de mí hoy.


Mientras dudo de lo ya dicho, voy
con la incertidumbre. Contemplé
a un hombre solo que a lo lejos se fué
desvaneciendo en la orilla donde estoy.


Si algo soy, será como ese hombre,
un misterio que a mi entendimiento
se haye lejano y nazca la duda.


Querer no saber de mí ni mi nombre
mecerme en un vivir dulce y lento
hoy en la arena yacer con la mente muda.

Tus besos mi camino

Beso lacio, paso fuerte y erguido,
erguido voy con espíritu lacio
lento suspiro alma, suave, despacio
voy, y yo solo voy, y no he ido.


Estático donde aún no he partido
tus labios son mi camino y me sacio
con ellos. Me sanan de un dolor rancio.
Voy, y yo solo voy, y ya he venido.


De tí vengo, a tí voy, paso a paso,
beso a beso. Soy más tuyo que mío.
De tí a tí el infinito acaso.


Ausente vivo en un sueño sombrío 
si duermo de compañía escaso
si en mi cama, inmerso, siento frío.

Sé poesía

Sé poesía
en un fluir lúcido
de nuestras mentes


"Haiku trans-lúcido"

Sé poesía
en un fluir lúcido
de nuestras mentes.


Sé poesía 
en el beso súbito
de nuestras almas.


Sé con calma
en un verso único
la palabra osada:
Poesía.

La poesía, sentimiento sin edad

Es la poesía tal vez un sentimiento
de tu corazón y mi corazón
tal vez en un océano sin razón,
palabras a la mar, oleaje lento.


Alimento del alma, alimento
que no marchita y anida en la pasión
del verbo intrépido, de la expresión
fugaz y eterna como el sutil viento.


La poesía desconoce la edad
incluso al tiempo no lo espera, le huye,
dispersa habita en toda chispa humana.


Somos hoy fruto de ella y su soledad
pues vive, relampaguea, fluye
en lo que ayer fue y será mañana

Haiku trans-lúcido

Sé poesía
en un fluir lúcido 
de nuestras mentes.

Ave del recuerdo, recuerdo de un amor

Vive en un rocío de lágrimas en bruto
abatido vive en un otoño seco
amor que anidó en un corazón hueco
de húmedas paredes,pájaro astuto.


Ave intrépida, alba fugaz, minuto
tras minuto te escribe un muñeco
títere de tu amor. Vuela tu eco,
por tu silencio vuela ¿y yo? de luto.


Voló el ave despiada en mi cueva,
recuerdo de un amor, fotografías 
ensamblan hoy con nostalgia mi pecho.


Pasa el tiempo, ya el alma se renueva
con versos donde tal vez en poesías
vuelva tu amor, como un eco, a mi lecho.

Amanecer herido

El alba en un horizonte sangriento
se impregna en mi mirada por un baño
de rayos marchitos mientras empaño
a mi corazón de un futuro exento.

Amanecer herido, sentimiento 
de soledad,frágil cárcel de estaño
prisionero  fundido año tras año;
esperanza herida de nacer lento.


Si la noche fue dura más la soledad
del fracaso en su baldía penumbra
que malherido abandoné atrás.


Tal vez sueño, tal vez realidad
pero ahí brilla la luz que me alumbra
tal vez herida, tal vez no, quizás.

Cuchillo enemigo

Soy un suspiro muerto y vacío
y tú cuchillo que me apuñalas
abres heridas, me cortas las alas,
llueven mis lágrimas, cauzan tu río.


Enemigo de acero frío
suenas vibrante en distintas escalas
musicales del silencio y calas
mi corazón de un pobre amor baldío.


Traición te llaman pero yo enemigo
pues escondes rencor en una sonrisa
cuando yo te ofrezco ser mi amigo.


Me convertiste en un alma indecisa 
frente al transcurso del tiempo y las horas
que confluye en un suspiro, una brisa.