A fuego ácido me supieron tus besos

A fuego ácido me supieron tus besos
y no importa cuánto me los lave
pues todo cuanto pruebo ya me sabe
a esos ardores en mis labios presos.


Me produjeron tantos retrocesos
y sustos a la espera de que acabe
tu piel marchitar por cuando sabe
tu mejilla a maquillajes espesos.


Fueron amargos pero más fue aquél
beso último que desprendió tu boca
donde creí librarme de una pena.


Ahora al recordar los confundo con miel
y brota en mí melancolía loca.
Me pregunto si sabrá igual esta cena.

28 de noviembre de 2011

Por calle rodeo iba andando
y un escalofrío surcó mi cuello
al pensar en aquel atropello
que a dos víctimas acabó tomando.


Sé de algún familiar que estará llorando
más apenado que yo por aquello
por eso, al suelo mi mirada estrello
en memoria de quienes  voy recordando.


Murieron un padre y un niño de siete años,
yacieron en la acera y su frío lecho
a manos del destino y sus engaños.


La muerte siempre está al acecho
y corazones perdidos en baños
de lágrimas se ahogan en su pecho.




En memoria de los que murieron en el fatal accidente del 28 de este mes. Mi mayor pésame a los familiares.

Siete vidas. Un amor.

Siete vidas. Un amor,
un alma, una poesía
reviven cada día
tu recuerdo. Soñador.


Siete días y el calor
de mi cama vacía
se esfumó, ahora está fría.
Tu ausencia es mi dolor.


Son siete sin quererte,
la espera tiene harta 
a mi alma, a tu alma.


Tan solo ansío verte.
Te envío besos en carta
para un amor en calma.

Hombre ejemplar

Hombre, vives en la humildad manso;
arrugas son las marcas de secuelas
por morir en tantas noches en velas.
Te herraron con dolor sin descanso.


En la infancia te hicieron ser ganso
pero ahora en la lucha, gorrión libre vuelas.
Masticas el fracaso hasta que muelas
sangren gloria. La vida y tú en un transo.


Manos de cirujano el pan parte
para alimentar a su familia.
Das todo hasta de tí olvidarte.


Hombre ejemplar, el honor te envidia
y la vida exalta en risas el arte
de tu amor, fruto, con que tu alma lidia.

Juramento

Hoy la vida cobra el sentido existencial
más lúcido y trascendente. Inexistente
presente en mi mente.
El tiempo ante mis ojos muere,
el olvido en el silencio perece
¿y yo?
más vivo que la propia vida
surco océanos de papeles 
hasta posar mi mano sobre un libro.


- Juramento-
Ya no hay retorno en el viaje,
no es un fin sino un comienzo
 donde creo que sentencio
a todo dolor que contraje.


Dibujo al alma un paisaje,
humano sin silencio,
con versos de un lienzo
poético que traje.


Juro por un futuro
pleno donde dislumbre,
sin pena, mi camino.


Ya tan solo auguro
la sombra de una cumbre.
Lucho por un destino.

cobardía por amor

No lo entiendo pero hazlo si quieres,
llámame ahora, sin piedad, cobarde,
que sé que es demasiado tarde
para tu amor. Ya no me prefieres.


Tu ausencia más me atormenta e hieres
a mi corazón que el vivo acero que arde.
Quema el silencio, silencio cobarde
del tiempo. La soledad me requiere.


Que pena que fuera mañana y no ayer
cuando mi susurro surcara tu oreja
declarando el amor que no quise perder.


Me quisiste cuando no quise querer,
¡tonto de mí! Ahora mi alma se queja
y yace a la espera de poderte tener.

mirada ingrávida

Yo no sé que tiene esa mirada,
que calla al silencio en un momento
y desnuda una sonrisa al sustento
de un abrazo y palabras de la nada.

Nada queda, mas nuestro amor que nada
en besos al oleaje de un sentimiento
que despoja a mi alma su aliento
mientras la luna nos canta callada.


Olvidado soy un viento sin brisa,
sin espera, con origen tu boca;
en tu mirada mi fin se divisa.


Es allí donde mi alma a la tuya toca
donde se despoja esa sonrisa
y una ilusión torna a la razón loca. 

té para dos

En un té para dos
a las cinco de la tarde
se sirve en dos cuerpos,
de porcelana y carne,
el placer de la vida.


Sumisa a la gravedad,
lentamente, el caos de su impacto
concluye en la melodía de una taza
 llena de experiencias.


En un té para dos
a las cinco de la tarde
se sirve la vida,
disfrútala.

por ti

Cuando estoy contigo 
quiero que el tiempo sea eterno
y que no se acabe un momento tan tierno
porque quererte es lo que persigo.


Cuando cojo el móvil es para llamarte,
cuando cojo una libreta es para escribir tu nombre junto al mío,
cuando miro tras la ventana es para soñarte,
y cuando hago todo a la vez es para decirte:
¡te quiero!




este poema es  de septiembre que se me ha olvidado subirlo.

oportunidades no queridas.

Son las últimas delicias
en una caja de bombones
que nadie quiso.


Míralas. En una estantería
acumulan polvo
para esconder su vergüenza.


Es triste saber que permanecerán
inmóviles, sin reclamo alguno.
Hasta el tiempo las olvidará.

eco...

Eco...
Vuelves, más temprano o tardío,
a tu origen.


Vuelves en busca de mi tímpano
para repetirme, más sonoro y tierno,
mi grito a la incertidumbre.
Eco...