sorbos

Reside mi vida
en el elixir de una taza de té
donde, sorbo tras sorbo,
día tras día,
el tiempo la consume caprichoso.
Culmina mi vida
en la soledad de una taza vacía.

los parques...

Los parques también duermen;
sus árboles, sus toboganes, sus columpios...
duermen y sueñan 
con que mañana más niños
los visiten y jueguen con ellos.


Esperemos que sus ilusiones
no acaben rotas
como la esperanza
y las botellas vidriosas de cerveza
de adolescentes que las arrojan
y beben sus penas.


Porque los parques también sueñan...
y lloran.

descansa

Descansa,
no sé si en paz
pero sí dormido,
sobre un banco
mientras sostiene lacio
su desesperanza etílica
en una botella de bodka barato.


Así la vida le da
las buenas noches
a un vagabundo.

en la noche, la ciudad

En una calle vacía, olvidada
al anochecer, resalta
la ausencia de todo aquel
que pudiera estar; anónimos.


En una calle amplia, inmenso
camino que recorre el silencio
llamando puerta tras puerta
preguntando:¿hay alguien ahí?
no hay respuesta...


En esta noche tranquila
duerme la ciudad
y yo, callado,
te pregunto Dios:¿estás ahí?
no hay respuesta...

soledad, el mar y yo

Yacía el sol ya moribundo
a mi entrada en una playa,
me despojé de mis zapatos
al igual que desnudé mi alma
pero el tacto de mi piel sobre la arena
no trajo más que el recuerdo,
en un silencio incómodo
quebrado por un nostálgico
 suspiro del viento marino.


Me derrumbé en ella
frente a un mar, anaranjado,
la lengua espumosa del mar
lamió mis pies en olas
como preguntándome
¿qué te sucedió?


Dediqué mi tiempo
 a contemplar, a pensar;
si el tiempo es oro,
mereció la pena. Repetiría.


Solo un enigma me inquietó
durante horas:
¿qué dimensión será más extensa,
el mar o mi pena?

pasan las horas

Pasan las horas,
transcurren sin permiso;
no lo necesitan.


Fluyen sin pausa
¿y yo?
duermo. Duermo
sobre afluentes de sueños
cristalinos,
arroyos que conducen 
a la luna, muda, 
me desnuda una sonrisa.


Mi sino reside
en las corrientes
de este río iluso,
donde flotan azucenas
y en el fondo yacen mis penas.


Nadan las horas
ya en contra de la corriente,
me sulfura 
la ausencia de su ayuda,
no cesará el tiempo
ni un mero instante,
no rendirá descanso.


Pasan las horas,
transcuren sin piedad,
 fluyen mis sueños 
¿y yo?
duermo.... me despierto.

día dieciseis

este poema, increíble siendo su primero, ha sido escrito por una persona muy especial para mí, mi novia Mónica. Lo ha escrito ella y me ha impresionado y creo que merece la pena leerlo, por eso lo subo en mi blog pero es suyo el poema.



tras una llamada, esperada,
me apresuré para verle
bajando por aquel portal, corriendo,
con ansia, deseo y esperanza.


tras un saludo acalorado,
me saluda,
e instantaneamente, 
mis labios, ascienden como
cortinas
hasta dejar ver
mis brillantes dientes.


apoyé mis esperanzas rotas
en un pobre escalón
que aguantaba mis
lamentos...


de sus labios
salió lo más inesperado
del universo,
y acerca de los míos,
simplemente estaban paralizados.


mi mirada se desvió,
creo que con terror,
tenía miedo a mirar esos ojos
que tanto deseaba
y que posiblemente serían suyos.


mi corazón se armó de valor,
se puso de acuerdo con mi mirada,
y mi barbilla se movió ligeramente,
entonces, sucedió.


sus dientes rozaron 
con los míos,
su mirada conectó
con la mía,
sus labios, su encanto...
es perfecto.

te ansío poesía

Si intento, mas no consigo,
expresar todo cuanto me haces sentir
en efímeros segundos
que apenas tomo consciencia
de su transcurso.


Intento alcanzarte,
pero solo llego a tus espinas;
es la rosa demasiado alta.


Corta, pero inmensa distancia
separa mi mano, torpe y zurda,
de palpar el sueño maduro
en tu capullo.


Me haces sangrar, tus espinas,
no tienen piedad.
Me hace sufrir el contemplar
tan alta cima.


Te deseo tanto, pero visitas más 
mi olvido que mi cuarto,
por ello, escribo sobre pétalos,
marchitos, que se rinden a la gravedad;
son parte de tu esencia.


Vives en mi alma
como la llama que no cesa,
eres el fuego interno
que arde, me quemas,
solo encontraré descanso
cuando te libere en papeles,
en pálidos pétalos,
banderas de mis sueños.


Eres la llama incesante,
el fuego de mi vida
pero también 
de mi perdición.

¿qué será?

¿qué será de mi cuando crezca,
de esta alma somnolienta?


se quiebra el silencio
por los suspiros de una soledad,
ya desiste un corazón insatisfecho
en busca de la verdad.


¿qué será cuando fallezca
con la mano en el corazón?


entona la tristeza mi canción
en do menor; un dolor
reside en mi pecho.

verano, es cierto que te amo.

(para leer este poema es preferible leer antes el de otoño, el de primavera y el de invierno en el orden que han sido citados para así entender este en su totalidad)



VERANO, ES CIERTO QUE TE AMO.

Verano...

Sol y olas que naufragan

perdidas por tu cuerpo,

cabellos marinos

con alguna que otra cana

de blanca espuma.

Ven, conmigo, quédate y

                                    a solas

el oleaje de los días

nos dirá de qué hablar

cuando el tiempo pase 

efímero como

  las olas

que vienen y van,

sigilosas transcurren

 igual que

las horas.

Déjame contemplar

arder las tardes

en el horizonte

o aún más a lo lejos

tu sonrisa fundirse.

En la arena sin voz

el rugido del mar

es más apacible.

Tras el beso de una ola

sin rumbo, desorientada

sobre la orilla quemada

 obserbo con cautela

cómo vienes indecisa

a posarte en campos del

desolado desierto.

Y 

con ojos cerrados 

entre suspiro y suspiro

susurro, enamorado, a tu oído:

... es cierto que te amo.

primavera, eres tú a quien quiero.

Primavera...

eres el fruto prematuro
de mi amor por la vida.


Son
  tus cabellos
 bañados
de azucenas, rosas y claveles
los que me hacen quererte
por como eres.


Llueves, mi alma limpias
y mi corazón aclaras.


Un agua pura, sincera,
sonrisas de cristal
al rocío
de
          tus besos.


Tus caricias
 flotan
sobre mi piel
o sobre un recuerdo
que florece
en
tus manos.


...eres tú a quien quiero,
pero es al verano a quien amo.

invierno, no me mates por amar al verano.

invierno....
El frío empaña mi corazón,
y mis penas,
marchitas azucenas,
son los únicos frutos supervivientes
a tus largas noches, frías,
a tus cortos días,
efímeras estelas de un sol encarcelado.


Tu blanca nostalgia
coagula mi sangre;
congelado e hipótermico;
ni la soledad quiso visitarme
por yacer enferma en la cama.


Tus fríos besos afirman
la ausencia de los cálidos 
abrazos del verano.


Arropado en la cama,
te adentras con malas intenciones,
te acurrucas y me abrazas
pero no me otorgas calor,
solo me haces sentir aún más frío...


Llegas, me hieres, me matas envidiosa...
... no me mates por amar al verano.

Otoño, no me hagas ser otoño.

otoño...
me brindas un baño
de hojas marchitas,
últimos suspiros 
de unos árboles extasiados.


Sentado en un banco, respiro,
contemplo una duna, pequeña,
de hojas, marrones como mis pupilas,
como  sus pupilas...


Remueve un soplo tuyo 
su tranquilidad, 
como el pasado las tumbas
de los recuerdos perdidos,
en un vuelo desesperado.

En señales, tu presencia
ilustra la ausencia 
de una primavera.


La soledad tiñe
de dorado los parques;
el cansancio, fomentado
por tu silencio,
únicamente irrumpido
por una ciudad con su ruido,
estresante.

Dormiré hoy. 


...No me hagas ser otoño
que yo soy verano.

contémplame en una mirada

¡mírame fijamente!


mira mis extasiadas pupilas,
contempla el reflejo impregnado 
de miles sentimientos...


¿qué sientes?


son víctimas de un incomformismo
frente la ignorancia y su avismo,
yaceré en esta batalla sin ser el mismo


¡mírame fijamente!


observa estos sinceros ojos,
son defensores de tu bienestar;
son los anónimos guerreros,
guardianes de la libertad.


¡siénteme en una mirada intensa!
porque un día covijarán silencio, cerrados.

sufro, sufro, sufro...

una lágrima más,
un hermano menos
¿por qué injusticia?
si cayo una pena,
otro calla por un disparo
silenciándose la bondad;
sufro, sufro, sufro...
Quisiera soñar,
pero no puedo...
quisiera despreocuparme
pero por ello muero...
Quisisera... mas
soy humano

en mi lucha, salvadme

salvadme si yaciera
en un mundo de fieras,
odio, cruel y heridas
de inocentes;
salvad,
 pero no mi vida
sino mi libertad
para quien quisiera
gozar de ella.
no me hieras,
mundo frustrado,
si ofrezco un corazón
 en versos
contra el perverso
y sustento de la razón,
el amor y la solidaridad
¿luchar por la justicia?
alzando mi mano
por la esperanza,
lápiz por lanza
en corazones 
donde danzan
sueños locos,utopías.
¿Qué harías tú?

Ni más ni menos

soy quien vela tus sueños
mientras te miro, te contemplo...
no quiero más, no quiero menos.

Soy feliz en un mustio mundo
por una sincera sonrisa.
si por un corazón roto
mil lágrimas, espera...
espera pues mares fluirán
sin censura pero
valdrá la pena si
por ello eres feliz.

no quiero más, no quiero menos;
solo quiero tu felicidad.

¿qué sería de mí?

¿qué sería de mí
si yaciera bajo la tierra?,


¿qué importancia tendría?,


¿qué sería de tí
si fuera abono de azucenas e hiedras?


¿cómo te sentirías?


De vos, no lo sé...
de este efímero suspiro...
 polvo y olvido.

no vengas

Pensamiento,

lapso de la tranquilidad,

corrosivo ácido del silencio,

no deambules por mi mente.

No ansío hoy tu visita,

¡Congélate en los icebergs

del olvido!

El frío extremo del mundo

será quien te aguarde covijo.

Condenaré tu venida,

mas alavaré tu ausencia.

Hoy no te reclamo

ni un efímero segundo;

hoy no te suplico

ni un mísero suspiro;

¡agobia a tu triste soledad frustada!;

hoy no quiero pensar...

solo vivir, nada más.