de algodón donde un sutil beso crepite
desolado de dudas. Que levite
mi mano hasta surcar tus labios de miel.
Que fluya el amor en un silencio fiel
a tu mirada donde se limite,
nuestro amor, a volar. Que no marchite
el tiempo enemigo a mi frágil clavel.
En el tacto de tu piel vivo anónimo
yazco en tus besos de miel y algodón
porque tú y yo somos un sinónimo.
Eres el clavel que en mi corazón
habita. Suena plácido y homónimo,
entre nuestros latidos, la pasión.
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