Recuerda, mujer,
que eres la madre de todo hombre,
eres el vientre de cualquier paz inquebrantable
y en tus brazos,
en el hogar del amor,
somos tan insignificantes.
¿Cómo agradeceros tanto?
Si no fuera por vosotras, ¿qué sería de mí?
Una mujer me otorgó la vida,
otra fue la inspiración de mis poemas
y son muchas las amigas
que me arropan con su cariño,
¿cómo devolveros ese aprecio?
no sé, ni sabría,
la forma de abarcar
todo el respeto y admiración
que os tengo a cada una.
Gracias por existir.
8/ 03/ 12
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