miércoles, 30 de noviembre de 2011

A fuego ácido me supieron tus besos

A fuego ácido me supieron tus besos
y no importa cuánto me los lave
pues todo cuanto pruebo ya me sabe
a esos ardores en mis labios presos.


Me produjeron tantos retrocesos
y sustos a la espera de que acabe
tu piel marchitar por cuando sabe
tu mejilla a maquillajes espesos.


Fueron amargos pero más fue aquél
beso último que desprendió tu boca
donde creí librarme de una pena.


Ahora al recordar los confundo con miel
y brota en mí melancolía loca.
Me pregunto si sabrá igual esta cena.

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