viernes, 13 de enero de 2012

Y de ti me despido

Adiós silencios de otoño fugaces,
por las horas marchitas tras mi cuello
me despido con tan sólo aquello
que me dijiste. Palabras voraces.


Adiós a los recuerdos donde naces,
me debato ante la nostalgia bello,
emerges del corazón en destellos
de las estelas por el dolor que me haces.


Con tus mismas palabras me despido
una por una, puñal por puñal
que andubieron perdidos en mi herida.


Fuiste tanto y yo tan poco he sido
que el dolor que me habita es la señal
de todo lo que yo te amé. Quierida.

2 comentarios: