miércoles, 11 de enero de 2012

Nada como el dolor de uno mismo


Ni siquiera el tiempo que cicatrizas
con más tiempo en sábanas, reclamados
por nadie los segundos olvidados
sobre mi piel. Dolor que deslizas.


Ni aquellos silencios que vocalizas
que mueren sin nacer, abandonados
por tus labios, relámpagos callados
que con el tiempo se hicieron cenizas.


Porque el tiempo aún eterno, perece
porque el dolor del corazón se queda
mojado en lágrimas de amor y seda.


Porque tu silencio con el mío se enreda
porque tu ausencia en mí tan sólo crece
y el amor calcinado se estremece.

1 comentario:

  1. Ya sabes mi opinion pero weno jaja que me encanta el poema con esos retokes que has hecho que es muxo mejor ^-^ y que esta bastante mejorado a mi parecer jejeje
    Tqq socio sigue asi :)

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